La Conexión Cuerpo, Mente y Emoción

En la Danza Movimiento Psicoterapia (DMP) usamos el cuerpo y el movimiento para integrar las diferentes dimensiones de nuestro ser y hacer consciencia de nuestras vivencias de una manera holística. Siempre digo que cada una de las experiencias que tenemos también la vivimos con el cuerpo y con nuestra emoción, sin importar lo simple y cotidiana que sea, como desplazarnos en un bus, o lo inusual que parezca, como permanecer en cuarentena a razón del coronavirus. A pesar que todo lo vivimos con el cuerpo y a través del cuerpo, puede ser inusual que le prestemos atención a lo que está ocurriendo en nuestro ser físico y nuestro ser emocional, por lo que terminamos fragmentando, minimizando o ignorando aspectos de nuestra experiencia. Esto nos puede llevar a un estilo de vida menos consciente e incluso en automático, donde podemos experimentar menos satisfacción con la forma en la que respondemos a las situaciones que vivimos.

“Nos falta algo al estar escindidos. Cuando conectamos cuerpo, mente y emoción logramos llegar a niveles más altos de consciencia, creatividad y expansión”
Daria Halprin

¿Por qué no prestamos atención a nuestro cuerpo y emoción?

Creo yo que no hay una razón única por la cual solemos distanciarnos de estas partes de nuestro ser, puede ser debido a experiencias personales abrumadoras y traumáticas que nos llevaron a ignorar nuestro cuerpo y emociones porque en el momento se volvieron aspectos muy difíciles de digerir. También podría estar influenciado por nuestra crianza y socialización, cuando somos pequeños aprendemos ciertas normas y creencias, como que sentir es muestra de debilidad y que el cuerpo es sucio o imperfecto.

Aunque hay muchas razones que influyen en la fragmentación de nuestra experiencia, también es importante recordar que durante el siglo XVII Descartes planteó el dualismo sustancial afirmando que mente y cuerpo están separados, marcando así una era en la que se comenzó a enaltecer la mente y a estigmatizar el cuerpo como un territorio que debía ser controlado y domesticado para que no interfiriera en los asuntos superiores del intelecto. Esto llevó a que la sociedad hiciera un gran esfuerzo por evitar el cuerpo y la emoción, consecuencias que se sienten hasta el día de hoy.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de cuerpo, mente y emoción?

Cuando hablamos del cuerpo nos referimos a nuestro ser físico, la materia que lo compone, las partes del cuerpo, la forma en la que se desplaza o se acomoda y las sensaciones físicas que experimenta, como dolor, tensión, calor o humedad. La emoción es el sentir, todo lo que se refiere a emociones como la tristeza, la rabia, la alegría y sentimientos como la confianza, la calma y la decepción. La mente hace referencia a nuestros pensamientos, que pueden percibirse como imágenes, creencias, memorias, palabras y metáforas.

A través de este post (inspirado por las palabras de Daria Halprin) les comparto los aspectos que podemos encontrar en cada una de estas áreas. La división en categorías no quiere decir que cada una de ellas estén separadas, pues están en interrelación constante.

¿Cómo se conectan el cuerpo, la mente y la emoción?

Carl Jung solía decir que la emoción es el puente dinámico entre el cuerpo y la mente, es decir es la conexión entre estas dos dimensiones. Todas las emociones y sentimientos se viven y se perciben a través del cuerpo; por ejemplo, la tristeza la podemos sentir como cansancio, frío y dolor, la rabia la podemos sentir como calor, tensión y explosión, la alegría la podemos percibir como ligereza, expansión y energía. Y es con la mente que logramos comprender lo que está sucediendo, nuestra mente nos ayuda a reconocer, nombrar y organizar lo que vivimos.  De igual manera, cuando estamos pensando en algo, por ejemplo, recordamos un paseo, una pelea o una relación romántica, nuestro cuerpo responde como si lo estuviera viviendo de nuevo, nos sentimos relajados, enojados o sentimos mariposas en el estómago. En este video explico en más detalle esta relación y la importancia de integrar estas tres dimensiones de nuestro ser, además, facilito un ejercicio para que comprendas en piel propia lo que significa que la emoción sea este puente: https://www.youtube.com/watch?v=tES6R4MfPIs&t=3s.

¿De qué manera aporta la Danza Movimiento Psicoterapia (DMP) en la conexión del cuerpo, la mente y la emoción?

Las sesiones de DMP suelen estar divididas en dos momentos: espacios de conversación y espacios de movimiento. Esto nos permite acceder a nuestra experiencia desde dos lugares diferentes, teniendo como punto de partida el lenguaje verbal y luego el lenguaje no verbal; además, usando partes diferentes de nuestro cerebro y fortaleciendo las conexiones neuronales que dan lugar a la integración del cuerpo, la mente y la emoción.

Usualmente iniciamos las sesiones compartiendo cómo estamos, cómo nos sentimos o hablando de situaciones específicas que hemos vivido, en este momento estamos usando el lenguaje de la mente para acercarnos a nuestra emoción y para nombrar sensaciones físicas que nos ayudan a adquirir más consciencia del cuerpo.

Luego pasamos a un espacio de danza y movimiento, en donde podemos encontrar calentamientos sencillos, ejercicios de relajación, rutinas de consciencia corporal, juegos en parejas o grupos y movimiento libre (improvisación). Durante esta sección estamos centrándonos en el cuerpo y en la emoción, queremos afinar nuestra escucha con respecto a lo que sentimos y percibimos, los movimientos que nuestro cuerpo necesita y la forma en la que se quiere expresar. Sin embargo, también damos lugar a la mente en forma de imágenes, palabras y claridades que dejamos fluyan en nuestra mente junto a nuestra danza.

Al finalizar las sesiones dejamos un espacio de conversación para cerrar y poner en palabras lo que bailamos, acá terminamos de integrar la totalidad de nuestra vivencia, llegamos a conclusiones, claridades y tareas específicas que podemos aplicar en nuestra vida diaria para así adquirir más consciencia, satisfacción y propósito.  

A lo largo de la sesión la danza terapeuta es una guía para permitir que los participantes se involucren en el proceso, recordándoles prestar atención a cada nivel de consciencia. A la vez tiene el rol de escuchar y observar, tanto el lenguaje verbal como el no verbal, para así brindar retroalimentaciones que pueden ayudar a profundizar la consciencia e integrar la experiencia.